Una vez los residuos de batería llegan a las instalaciones de tratamiento, a través de gestores acreditados y en contenedores homologados para evitar derrames de electrolito, comienza el siguiente paso en la cadena del reciclado.
El proceso consiste en:
- Una trituración mecánica.
- Separación y clasificación de los materiales que componen los residuos de batería mediante diversas tecnologías.
Los materiales obtenidos se remiten, bien dentro de la misma planta o a otras instalaciones, a otro proceso para su completo reciclado. Concretamente, el plomo y compuestos de plomo se introducen en un horno para su fundición y posterior confección de aleaciones, siendo el principal uso de esta materia prima reciclada de nuevo la fabricación de baterías de plomo ácido.
De esta forma:
- Se recicla aproximadamente el 98% del contenido en plomo de las mismas en las plantas de recuperación existentes.
- Se trata casi de un ciclo cerrado ya que, a diferencia de otros muchos residuos, la mayor parte del producto reciclado vuelve a emplearse en la misma aplicación (baterías plomo-ácido).